Cuando nos tomamos un segundo para reflexionar el valor de este mes “Somos exitosos siendo generosos” descubrimos que el éxito y la generosidad verdaderamente están conectadas, después de todo las personas son exitosas porque lo atraen.

 

Es muy común que cuando consideramos dar algo, ya sea tiempo, alimento, dinero, etc., al inicio pensemos en lo que vamos a perder, pero si decidimos desprendernos de aquello y darlo con felicidad vamos a descubrir cómo es el éxito, después de todo,lo hemos generado. La generosidad pura no se basa en dar lo que nos sobra, sino en dar lo que al otro le hace falta, aunque eso suponga que a nosotros también nos falte.

  

La generosidad hace que nos comprometamos con las cosas que verdaderamente queremos, aunque ayudar a alguien pueda suponer trabajo extra, las personas generosas luchan para contribuir a conseguir los sueños de los demás.

 

Todo en la vida se regresa y aunque demos sin esperar nada a cambio, normalmente la gente generosa recibe ayuda en los momentos menos esperados, misma que es indispensable para llegar al camino del éxito o mantenerlo si ya lo hemos alcanzado.

 

Generosidad es pensar y actuar hacia los demás, hacia fuera. Te compartimos una hermosa reflexión de Corinne Ufdegraff sobre la Generosidad:

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La Riqueza del Corazón

Para hacer un buen regalo basta un buen corazón y algo de ingenio. Para aquellos que tienen estos dones será fácil hallar los medios para halagar a otros y al mismo tiempo proporcionarse un gran placer por hacerlo.

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Un jubilado se lamentaba de que sus recursos eran insuficientes para aportar al parque de recreo de los niños del barrio. Su mujer le sugirió que empleara las mañanas en enseñarles a los niños a hacer cometas y barquitos de vela. Siguiendo el consejo, pudo ver con satisfacción que contribuía al éxito del parque, igual como los que daban dinero.

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Los regalos humildes hechos con verdadero cariño y ajenos a todo interés, tienen la virtud de proporcionar mayor placer a los ricos que a los pobres, ya que el afecto es una de las pocas cosas que no compra el dinero.

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Una persona muy adinerada me confesó una vez que ninguno de los costosos regalos que había recibido durante su vida le había proporcionado mayor placer como el que sintió cuando el hijito de su chofer le obsequió una sarta de pescados cogidos por él mismo en un arroyo cercano.

No; no hace falta ser rico para ser generoso. Todos podemos dar algo que sea útil a otra persona. Dotado de un espíritu noble, un pordiosero puede dar tanto como un príncipe.
Corinne Updegraff

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Para finalizar te dejamos un video grabado por CCTV donde vemos representado el efecto dominó de la generosidad.